Capítulo 14
A
lo mejor, no era para tanto.
Y
el jugador fauliado había exagerado. Era posible.
Pero
el partido a esas alturas del juego lo ameritaba. Las circunstancias del equipo
que iba perdiendo, había aprovechado la ocasión para intentar lo que había
logrado. Había sido una buena actuación. O era pura pantallería. Y el árbitro
había entrado en el juego del juego de la actuación del que se había caído
ex-profeso para buscar el foul, que no era, pero que había sido sentenciado. Ese
era el objetivo. Lo demás, estaría por verse.
También
sudó el jugador fauliado en el momento de la caída. Ya sudaba por la acción de
las carreras del juego detrás de la pelota, estuviera la pelota donde
estuviera, ya en los pies de los contrarios, ya en los pies de los de su
equipo. Sudó un poquito más por la adrenalina al intentar sobre-actuar en la
caída. Y si le sacaban tarjeta amarilla, o tal vez roja, por fingir. Si el
árbitro, o uno de los auxiliares del principal, estimaba que no era verdadero,
y no era para tan extremada la metida de la pierna del jugador que había metido
la zancadilla.
Complicado.
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