Capítulo 12
El
jugador fauliador tenía que estar agradecido del árbitro, a pesar de todo.
Una
tarjeta roja hubiera sido un triple golpe. Por una parte, sería expulsado
inmediatamente del partido y tendría que salir de la cancha. Se le sumaba a esa
posibilidad la chiflada y el abucheo del público. Sería una carga moral muy
fuerte, a esas alturas del partido.
Por
otra parte, quedaba suspendido para el siguiente partido de futbol en el
campeonato. En caso de que el equipo ganara ese encuentro. Pero, por ahora era
más que necesario que empatara. Cosa que estaba a punto. Pero, que tal vez no.
La
tercera consecuencia era la multa correspondiente que tenía que pagar.
Había
motivos para que el fauliador estuviese agradecido.
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