Capítulo 11
El
árbitro pudo haber complicado más las cosas. Pudo haberle sacado tarjeta roja
al jugador. Pudo haberlo expulsado.
Se
hubiese complicado más. Todo por un penalty. Un jugador menos en la cancha para
defender la diferencia que los tenía ganando. O, en caso posible, en defender
el empate. Todo, si el jugador que iba a chutar metía el gol. Pero cabía la
esperanza que errara el tiro.
Si
errara el disparo a la arquería, las cosas serían favorables para unos; y,
lamentables para los otros. Unos harían fiesta; y otros, harían duelo. O lo
contrario. Pero quedaba mucho tiempo para jugar.
Lo
que faltaba para terminar el juego, se presentaría interminable para los que iban
ganando. Y demasiado poco para los que iban perdiendo.
Las
cosas como estaban, tenían a todos sudando.
Y
sudaban copiosamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario